Fichas Anexas al capítulo 1
INTERPRETACIÓN
Inferencias inductivas y deductivas
“Los seres humanos tenemos la tendencia a interpretar la realidad, es decir, tendemos a sacar conclusiones a partir de informaciones preliminares. Por ejemplo, observamos el cielo y decimos: “va a llover”. Miramos el rostro de una persona y pensamos: “está de buen humor”. El proceso mental que realizamos cuando interpretamos la realidad se denomina inferencia.
“Las inferencias pueden ser deductivas e inductivas. La inferencia inductiva o inducción está presente en nuestra vida diaria cuando razonamos a partir de la experiencia. Por esto se dice que este tipo de razonamiento va de lo particular a lo general y sus conclusiones son sólo probables. En cambio, hablamos de inferencia deductiva o deducción cuando extraemos conclusiones a partir de teorías, de principios generales. En este caso el razonamiento va de lo general a lo particular y sus conclusiones son ciertas si parte de premisas verdaderas...”
Los errores que se cometen con más frecuencia al realizar inducciones son: confundir observación e inferencia. Es decir, no diferenciar los hechos de su interpretación. Confundir inducción con deducción. Generalizar a partir de escasas evidencias. Por ejemplo: la probabilidad de error aumenta cuando la conclusión se basa en una muestra no representativa. Olvidar que las conclusiones son sólo probables. Aceptar como verdadera una inducción sin comprobarla.
(Josefina Beas y otros autores. Enseñar a pensar para aprender mejor. Ediciones Universidad Católica de Chile. Facultad de Educación. Santiago, 2000. Págs.: 59-60)
INTERPRETACIÓN
Dimensiones subjetiva, relacional (contextual) y discursiva (ideológica) del sentido
“En la filosofía del lenguaje, al igual que en la psicología y la mayoría de las ciencias sociales, los significados no son tanto propiedades abstractas de las palabras o expresiones, sino más bien el tipo de cosas que los usuarios del lenguaje asignan a cada expresión en procesos de interpretación o comprensión. Esto también permite la variación contextual: un hablante y un receptor pueden asignar (pensar, interpretar, inferir) distintos significados a la misma expresión y, por supuesto, la misma expresión puede, en consecuencia, significar distintas cosas en diferentes contextos. De este modo, los significados del discurso o del lenguaje en uso son contextuales y situados, y dependen de (la interpretación de) los participantes (...) ...los significados del discurso son el resultado de la selección de porciones relevantes de modelos mentales sobre acontecimientos. Esto es, el conocimiento sobre acontecimientos es proyectado a significados verbalmente expresados del texto y la conversación y, por ende, es restringido parcialmente por los posibles significados de palabras y oraciones en un lenguaje o cultura dados. Puesto que los modelos incluyen opiniones, las que a su vez pueden tener una base ideológica, también los significados que derivan de esos modelos ‘ideológicos’ (distorsionados, etc.) pueden incluir aspectos ideológicos.
“Muchas de estas opiniones pueden volverse convencionales y codificarse en el léxico, como lo sugieren los significados negativo y positivo, respectivamente, del conocido par “terrorista” versus “luchadores por la libertad”. El análisis léxico es, por lo tanto, el componente más obvio (y también fructífero) del análisis ideológico del discurso. El simple hecho de explicar todas las implicaciones de las palabras utilizadas en un discurso [en el sentido de discurso como “texto”] y contexto específicos provee, a menudo, un amplio conjunto de significados ideológicos. Como método práctico, la sustitución de una palabra por otras muestra inmediatamente la diferencia semántica y, a menudo, los ‘efectos’ ideológicos de dicha sustitución.”ç
(Teun A. Van Dijk, Ideología. Una aproximación multidisciplinaria. Gedisa, Barcelona, 1998. págs.: 258-259)
Inferencias inductivas y deductivas
“Los seres humanos tenemos la tendencia a interpretar la realidad, es decir, tendemos a sacar conclusiones a partir de informaciones preliminares. Por ejemplo, observamos el cielo y decimos: “va a llover”. Miramos el rostro de una persona y pensamos: “está de buen humor”. El proceso mental que realizamos cuando interpretamos la realidad se denomina inferencia.
“Las inferencias pueden ser deductivas e inductivas. La inferencia inductiva o inducción está presente en nuestra vida diaria cuando razonamos a partir de la experiencia. Por esto se dice que este tipo de razonamiento va de lo particular a lo general y sus conclusiones son sólo probables. En cambio, hablamos de inferencia deductiva o deducción cuando extraemos conclusiones a partir de teorías, de principios generales. En este caso el razonamiento va de lo general a lo particular y sus conclusiones son ciertas si parte de premisas verdaderas...”
Los errores que se cometen con más frecuencia al realizar inducciones son: confundir observación e inferencia. Es decir, no diferenciar los hechos de su interpretación. Confundir inducción con deducción. Generalizar a partir de escasas evidencias. Por ejemplo: la probabilidad de error aumenta cuando la conclusión se basa en una muestra no representativa. Olvidar que las conclusiones son sólo probables. Aceptar como verdadera una inducción sin comprobarla.
(Josefina Beas y otros autores. Enseñar a pensar para aprender mejor. Ediciones Universidad Católica de Chile. Facultad de Educación. Santiago, 2000. Págs.: 59-60)
INTERPRETACIÓN
Dimensiones subjetiva, relacional (contextual) y discursiva (ideológica) del sentido
“En la filosofía del lenguaje, al igual que en la psicología y la mayoría de las ciencias sociales, los significados no son tanto propiedades abstractas de las palabras o expresiones, sino más bien el tipo de cosas que los usuarios del lenguaje asignan a cada expresión en procesos de interpretación o comprensión. Esto también permite la variación contextual: un hablante y un receptor pueden asignar (pensar, interpretar, inferir) distintos significados a la misma expresión y, por supuesto, la misma expresión puede, en consecuencia, significar distintas cosas en diferentes contextos. De este modo, los significados del discurso o del lenguaje en uso son contextuales y situados, y dependen de (la interpretación de) los participantes (...) ...los significados del discurso son el resultado de la selección de porciones relevantes de modelos mentales sobre acontecimientos. Esto es, el conocimiento sobre acontecimientos es proyectado a significados verbalmente expresados del texto y la conversación y, por ende, es restringido parcialmente por los posibles significados de palabras y oraciones en un lenguaje o cultura dados. Puesto que los modelos incluyen opiniones, las que a su vez pueden tener una base ideológica, también los significados que derivan de esos modelos ‘ideológicos’ (distorsionados, etc.) pueden incluir aspectos ideológicos.
“Muchas de estas opiniones pueden volverse convencionales y codificarse en el léxico, como lo sugieren los significados negativo y positivo, respectivamente, del conocido par “terrorista” versus “luchadores por la libertad”. El análisis léxico es, por lo tanto, el componente más obvio (y también fructífero) del análisis ideológico del discurso. El simple hecho de explicar todas las implicaciones de las palabras utilizadas en un discurso [en el sentido de discurso como “texto”] y contexto específicos provee, a menudo, un amplio conjunto de significados ideológicos. Como método práctico, la sustitución de una palabra por otras muestra inmediatamente la diferencia semántica y, a menudo, los ‘efectos’ ideológicos de dicha sustitución.”ç
(Teun A. Van Dijk, Ideología. Una aproximación multidisciplinaria. Gedisa, Barcelona, 1998. págs.: 258-259)
INTERPRETACIÓN
Dimensión plural o “abierta” del sentido
“En su libro sobre el símbolo literario, W.T. Tindall, a través de un análisis de las grandes obras de la literatura de nuestros días, tiende a hacer teórica y experimentalmente definitiva la afirmación de Paul Valéry – ‘il n’y a pas de vrai sens d’un texte’ [no existe el verdadero sentido de un texto] – hasta concluir que una obra de arte es un aparato que cualquiera, incluso su autor, puede ‘usar’ como mejor le parezca. Este tipo de críticas tiende, pues, a ver, la obra literaria como continua posibilidad de aperturas, reserva indefinida de significados...”
“...toda obra de arte, aunque se produzca siguiendo una explícita o implícita poética de la necesidad, está sustancialmente abierta a una serie virtualmente infinita de lecturas posibles, cada una de las cuales lleva a la obra a revivir según una perspectiva, un gusto, una ejecución personal.”
(Humberto Eco, Obra Abierta. Planeta-Agostini, Barcelona, 1985. Págs. 72 y 87)
Dimensión plural o “abierta” del sentido
“En su libro sobre el símbolo literario, W.T. Tindall, a través de un análisis de las grandes obras de la literatura de nuestros días, tiende a hacer teórica y experimentalmente definitiva la afirmación de Paul Valéry – ‘il n’y a pas de vrai sens d’un texte’ [no existe el verdadero sentido de un texto] – hasta concluir que una obra de arte es un aparato que cualquiera, incluso su autor, puede ‘usar’ como mejor le parezca. Este tipo de críticas tiende, pues, a ver, la obra literaria como continua posibilidad de aperturas, reserva indefinida de significados...”
“...toda obra de arte, aunque se produzca siguiendo una explícita o implícita poética de la necesidad, está sustancialmente abierta a una serie virtualmente infinita de lecturas posibles, cada una de las cuales lleva a la obra a revivir según una perspectiva, un gusto, una ejecución personal.”
(Humberto Eco, Obra Abierta. Planeta-Agostini, Barcelona, 1985. Págs. 72 y 87)
"Interpretar, desde el punto de vista periodístico, consiste en buscar el sentido a los hechos noticiosos que llegan en forma aislada. Situarlos en un contexto, darles un sentido y entregárselo al lector no especializado. Por exigencia profesional, además, esta imnterpretación debe tratar de prescindir de opiniones personales, debe basarse en hechos concretos y en opiniones responsables y que sean pertinentes y debe ser presentada en forma amena y atractiva".
(Abraham Santibáñez, Periodismo Interpretativo (Segunda edición actualizada), Andrés Bello, Santiago, 1995. Pág. 22).
(Marzo 28, 2006)
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